¿Se puede ser tan blanco como la lana de la oveja?
Fundación Ecos de Eternidad- Dios es Santo
“No
hay Santo como Jehová” (1º S. 2:2)
La mujer
estaba mirando por la ventana y al observar a una oveja se dijo ¿Habrá algo mas
blanco que la lana de la oveja? Y de pronto la vio contrastada con los copos de
algodón de una planta y se dijo “lo más blanco es el algodón.” Pero en ese
momento comenzó a nevar y allí, contrastado con la nieve ni la oveja ni el
algodón parecían tan blancos. De la misma manera nuestras vidas pueden parecer
limpias al lado de quienes están tras las rejas, pero se opacan al lado de
otros que son más puros que nosotros… pero ¡Qué sucios nos vemos al lado de
Dios!
La morada del Santo.
Moisés cuidaba unas ovejas en el monte Horeb. Allí vio una zarza que se quemaba
pero que no se consumía y al acercarse escuchó la voz de Dios diciéndole: “No te acerques; quita el calzado de tus
pies, pues el lugar en que tú estás, tierra santa es.” Este monte, desde
entonces, es conocido como el monte santo. ¿Sabes porqué? No por la zarza, ni
por Moisés, sino porque allí estaba Dios. Él es santo. Y el lugar que el habita
se transforma en santo por Su sola presencia. ¿Sabes por cuantos pecados Adán y
Eva fueron sacados del Huerto del Edén? Por un solo pecado y aunque a nuestros
ojos sería una “travesuras”, para Dios fue suficiente para sacarles del Huerto
de delicias. Dios está en el cielo y allí no entrará ninguna cosa inmunda, o
que hace abominación y mentira; sino solamente los inscriptos en el libro de la
vida del Cordero (Ap. 21:27).
El santo
de la morada. En el Norte de Europa y en Asia vive el armiño,
cuya piel es muy codiciada. Las costumbres higiénicas de este animalito han hecho fácil su captura. Cuando el
armiño sale de su cueva, los cazadores ensucian su escondite y mandan a los
perros cazadores a perseguirlo. Éste al llegar a su cueva y ver la suciedad de
su habitación prefiere ser cazado que ensuciar su piel, por lo que es
fácilmente atrapado. Para este animalito “la pureza es mas preciada que la
vida”. Eso es compromiso con la pureza.
Hay lugares que al pisarlos nos ensuciarán. ¿Será necesario hacer una
lista de ellos? No entres allí, no permitas que el pecado ensucie la piel de tu
corazón.
“Dios Santo. Ilumíname con tu Santo
Espíritu para que me vea a mí mismo a la luz de tu Palabra. Examíname Señor.
¡Cuánto necesito de tu mirada y tu limpieza hoy. Quiero tomar el compromiso de
la santidad, ayúdame a ser santo como tú eres Santo. Señor, que mis seres
queridos te vean de la misma manera. En el santo nombre de Jesucristo. Amén”
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