No somos la perfección del mono sino la Imagen de Dios, es tu comportamiento como el del mono???
FUNDACIÓN ECOS DE ETERNIDAD-
El Dios de Personas
“Oh
Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses?”(Sal. 144:3)
Dios hizo el universo y puso en ellos orden y movimiento;
creó los animales, aves y peces y puso en ellos vida. Pero cuando hizo al
hombre le dio Su imagen. Lo capacitó con inteligencia, sentimientos y voluntad.
Y le dio un espíritu para relacionarse con Su Creador. Él es un Dios de
personas, que ha diseñado proyectos para él. El pecado daña a las personas y
deforma la imagen que Dios tenía en su mente. Por ello, Dios salva personas y
no problemas. La pregunta es ¿Qué es el hombre para que el Creador piense en
Él?
No es máquina. El
hombre no es solo Anatomía y Fisiología. No se trata de una maquinaria hecha
para cumplir una etapa en la tierra y ya está. No. El ser humano tiene
incorporado principios en él. Dios le dio espíritu, alma y cuerpo. El descanso,
el entorno, las relaciones interpersonales afectan la efectividad en lo que
hace. ¿Por qué? Porque somos mucho más que una telaraña de tejidos, músculos y
cerebro. Somos seres humanos. Tu cuerpo no es una máquina: cuídalo.
No es evolución. No somos
la perfección el mono sino la imagen de Dios. Uno de los mandamientos es “no te harás imagen, ni ninguna semejanza de
lo que esté arriba en el cielo” (Ex. 20:4). El gran pecado del hombre es
querer imitar la obra de Dios. Él hizo al hombre del polvo de la tierra y sopló
en él aliento de vida. A imagen de Dios lo creó. El Soberano Creador de todo,
tiene personalidad y las características de su persona fueron incorporadas en
su creación especial: el hombre. La palabra “animal” viene de “ánima” o alma,
vida. Un animal tiene instinto terrenal pero el hombre tiene impulso celestial.
No es casualidad. No
somos una casualidad sino un propósito No eres un número, ni un elemento
decorativo de la Creación. El
Señor no solo puso en el cuerpo dos ojos y dos oídos sino que creó también la
difusión de la luz y el sonido, los colores y los diferentes mecanismos de audición
y visión. Dios pensó donde colocar a Adán, qué trabajo le daría, con quien se
relacionaría y cual sería el propósito de su vida. Lo mismo es contigo. Vives
en la casa que Dios ha querido, en el barrio donde Él ha diseñado que estés… O
sea Dios pensó en ti. Ahora, ¿haces lo que Él quiere que hagas? ¿Cumples con el
propósito de Dios para tu vida?
“Padre del cielo. Gracias por pensar
en mí. Gracias porque has permitido que tenga la familia que tengo, has
diseñado que trabajara donde lo hago, y conoces a las personas que me rodean.
Quiero ser instrumento de ti, por ti y para ti. En el nombre de Jesucristo.
Amén”
No hay comentarios:
Publicar un comentario