El amor es parte de Dios y Él no esconde ese amor
Fundación ECOS DE ETERNIDAD -
Amor
“Porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor…” (2ª
Ti. 1:7)
¿Como puedes resumir la palabra
amor? La Biblia
dice que Dios es Amor. El amor es parte de Dios y Él no esconde ese amor, sino
que lo muestra. Como ya hemos visto anteriormente “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn.
3:16) y más aún “Dios muestra su amor
para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Ro. 5:8).
Amar es dar. En la Cena del Señor había llegado
el momento de pasar los símbolos. El más pequeño de la familia observaba
detenidamente. Al pasar el pan y luego el vino primero se sirvió la mamá y
después el papá. Cuando llegó el momento de ofrendar, quien puso la ofrenda
familiar fue el papá. Y allí el pequeño se sacó el chupete y tiró de la blusa
de la mamá para decirle “¿Y vos no te servís?” La mamá le explicó que no se
trataba de sacar, sino de poner. Dios es amor y ¾ partes de DIOS es DIO. Quien
dice que ama pero no se entrega a sí mismo, no da y solo quiere recibir no
conoce el amor de Dios. Mira a tu alrededor y observa las manos y los corazones
vacíos.
Lo que tengo te doy. El Papa
mostraba las riquezas de Roma a un monje. De pronto le dijo “Como verás no
podemos decir lo que Pedro dijo al cojo: NO TENGO NI ORO NI PLATA” a lo que el
monje respondió “Ni tampoco decimos: LO QUE TENGO TE DOY” Aquel que dice que
ama a Dios pero al ver a un necesitado no le da de acuerdo a la necesidad y a
sus posibilidades no puede decir que ama a Dios. Debemos amar no solo de
palabra sino de hecho y en verdad (1ª Jn 3:17-18).
Amar es perdonar. El apóstol Juan, conocido como el discípulo amado,
escribió: “Si alguno dice: Yo amo a Dios
y aborrece a su hermano es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien
ha visto ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1ª Jn. 4:20).
¿Tienes una cuenta pendiente con alguien? Pueden ser tus padres, tu cónyuge,
tus hijos, un amigo, etc. Ve y reconcíliate con ellos, y demuestra que en tu
corazón mora el amor de Dios. ¿Te cuesta? Detente un momento ante la cruz, mira
al Salvador muriendo en tu lugar y escúchale “Padre perdónalos…” Ve y haz tú lo
mismo.
“Padre del cielo. Enséñame a amar de
la misma manera en que me amaste. Quiero dar y quiero perdonar. No quiero
servirme sino poner, quiero dar de ese amor que tengo por la obra de la cruz.
En Cristo Jesús. Amén”
No hay comentarios:
Publicar un comentario