Fundación ECOS DE ETERNIDAD-
Paz con Dios y de Dios
“Paz para con Dios” (Ro. 5:1) “La paz de Dios… el Dios de paz” (Fil
4:7, 9)
Para la paz personal se recurre a píldoras, para la paz
matrimonial al divorcio, para la paz empresarial hay seguros, para la paz entre
países hay tratados y hasta guerra. Sin embargo, como dice un coro “los hombres
hacen negocios para lograr la paz, pero fracasan siempre jamás la encontrarán”
Dios da la verdadera paz: Paz con Dios, paz de Dios y al Dios de paz. La paz
con Dios viene por la obra de Cristo en la cruz, la paz de Dios por la obra del
Espíritu Santo en nuestras vidas.
Paz con Dios. Si te
has arrepentido de tus pecados, y tus pecados han sido lavados por la sangre
del Cordero de Dios, ya tienes paz con Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo” (Ro. 5:1). Antes éramos enemigos pero ahora hemos
sido reconciliados con Dios. Jesucristo logró la paz con Dios por medio de la
cruz (Gá. 2:15-16). El gran conflicto con Dios ha sido resuelto. ¿Estás en
medio de un conflicto personal? Detente. Mira la cruz. Allí hay un acta clavada
donde están todos tus pecados. Y un sello con tinta de sangre que dice
“RECONCILIADO CON DIOS” Si tu conflicto eterno ha sido resuelto… ¿qué valor
tiene tu conflicto temporal?
Paz de Dios. Vivimos
en medio del afán y la ansiedad, y nos hace falta la paz que viene de parte de
Dios. El apóstol dice que esa paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
puede ser experimentada por nosotros si usamos una herramienta importantísima… la
oración. “Por nada estéis afanosos sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con
acción de gracias. Y la paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús” (Fil 4:6-7). Mi afán y ansiedad es producido
por mis luchas internas. Cuando esta batalla la peleo en presencia de Dios,
recibo de él las armas, y mi corazón y pensamientos se refugian en la trinchera
del Señor… en Cristo Jesús.
Dios de paz. Imagina
un rey enemigo con el cual te has reconciliado y tienes el tratado de paz (Paz
con Dios). Ahora, bajo el dominio de este rey tienes tanta tranquilidad que tus
conflictos internos se terminan (Paz de Dios). Pero aún hay más. Este rey desea
ser tu amigo y acompañarte en todo momento (Dios de paz). ¿Habrá algo respecto
a la paz en que Dios no haya pensado?
“Padre bendito. Gracias por que
Cristo hizo la Paz
por medio de la cruz. Pero necesito tu paz en mi vida. Señor, líbrame de la
ansiedad, lléname con tu Espíritu. Sé para mí el Dios de Paz. En el nombre de
Cristo Jesús. Amén”
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