sábado, 16 de marzo de 2013

AMOR



El amor es parte de Dios y Él no esconde ese amor
Fundación ECOS DE ETERNIDAD - Amor
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor…” (2ª Ti. 1:7)

            ¿Como puedes resumir la palabra amor? La Biblia dice que Dios es Amor. El amor es parte de Dios y Él no esconde ese amor, sino que lo muestra. Como ya hemos visto anteriormente “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:16) y más aún “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro. 5:8).

            Amar es dar. En la Cena del Señor había llegado el momento de pasar los símbolos. El más pequeño de la familia observaba detenidamente. Al pasar el pan y luego el vino primero se sirvió la mamá y después el papá. Cuando llegó el momento de ofrendar, quien puso la ofrenda familiar fue el papá. Y allí el pequeño se sacó el chupete y tiró de la blusa de la mamá para decirle “¿Y vos no te servís?” La mamá le explicó que no se trataba de sacar, sino de poner. Dios es amor y ¾ partes de DIOS es DIO. Quien dice que ama pero no se entrega a sí mismo, no da y solo quiere recibir no conoce el amor de Dios. Mira a tu alrededor y observa las manos y los corazones vacíos.

Lo que tengo te doy. El Papa mostraba las riquezas de Roma a un monje. De pronto le dijo “Como verás no podemos decir lo que Pedro dijo al cojo: NO TENGO NI ORO NI PLATA” a lo que el monje respondió “Ni tampoco decimos: LO QUE TENGO TE DOY” Aquel que dice que ama a Dios pero al ver a un necesitado no le da de acuerdo a la necesidad y a sus posibilidades no puede decir que ama a Dios. Debemos amar no solo de palabra sino de hecho y en verdad (1ª Jn 3:17-18).

            Amar es perdonar. El apóstol Juan, conocido como el discípulo amado, escribió: “Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1ª Jn. 4:20). ¿Tienes una cuenta pendiente con alguien? Pueden ser tus padres, tu cónyuge, tus hijos, un amigo, etc. Ve y reconcíliate con ellos, y demuestra que en tu corazón mora el amor de Dios. ¿Te cuesta? Detente un momento ante la cruz, mira al Salvador muriendo en tu lugar y escúchale “Padre perdónalos…” Ve y haz tú lo mismo.

“Padre del cielo. Enséñame a amar de la misma manera en que me amaste. Quiero dar y quiero perdonar. No quiero servirme sino poner, quiero dar de ese amor que tengo por la obra de la cruz. En Cristo Jesús. Amén”

No hay comentarios:

Publicar un comentario