lunes, 4 de marzo de 2013

DIOS PIDE QUE COMPARTAS



¿Estas dispuesto a compartir el cambio que Dios hizo en tu vida?
Dios te PIDE que prediques su Evangelio a tiempo y fuera de tiempo. ¿Lo estas haciendo?


Fundación ECOS DE ETERNIDAD- Dios pide que compartas
Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido de ti misericordia” (Mr. 5:19)

            Al mirar los encuentros de Jesús con algunas personas en los evangelios vemos una constante. Ellos eran transformados por el poder de Dios e inmediatamente compartían con otros las buenas noticias recibidas. La mujer samaritana (Juan 4) estaba tan ansiosa de compartir con otros, que se olvidó el cántaro en el pozo. El endemoniado gadareno sanado y transformado por el poder del Señor quería seguirle pero Cristo le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos y cuéntales cuan grandes cosas ha hecho el Señor contigo, y cómo ha tenido de ti misericordia”
           
¿Para qué me salvó el Señor? Dios te ha rescatado de las tinieblas, te libró del enemigo, sanó la lepra de tu pecado, te resucitó de la muerte espiritual, siendo enemigo te hizo su hijo ¿Para qué? Para hacerte una luz del mundo, un miembro en su ejército de rescate, para ser un médico espiritual, un rescatistas y un embajador del evangelio.

¿Qué les diré o qué sentiré? Antes de saber qué decir debes saber qué sentir. El apóstol Pablo decía “verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son parientes según la carne…. ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación” (Romanos 9:1-3; 10:1) ¿De qué manera compartir las buenas nuevas a tus seres queridos? Siente, Ora y Habla.

Primero: cuenta cuan grandes cosas ha hecho el Señor contigo. Diles acerca del pecado en que te encontrabas, de cómo te viste a ti mismo perdido. Háblales que debido al pecado el hombre está condenado y afírmales que hubo un cambio en tu vida. Un cambio maravilloso, que no se produjo por la religión, sino por Cristo.

Segundo: cuenta de cómo ha tenido de ti misericordia. No dejes de hablarle de la cruz del calvario y del precio que tuvo que pagar Jesús para tu salvación. Jesucristo te cambió pero para esto experimentó un cambio en su propio ser: siendo Dios se despojó a sí mismo tomando forma de siervo y siendo hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Háblales del perdón de pecados y del poder de la resurrección. Ve ahora y comparte las buenas noticias.

            “Padre, haz de nosotros un ejército evangelista. Que arda en nuestro ser la pasión por las almas. Queremos ser parte del pueblo que anuncia las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable. En el nombre de Jesucristo. Amén”

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